Google implementó una herramienta que está despertando polémica, se trata de una pantalla especial que permite a los usuarios revisar diferentes parámetros a través de Internet para determinar datos de una depresión de tipo clínico. Sin embargo, expertos en psicología han salido a criticar la decisión.
La aplicación en forma de cuestionario “Cuestionario de Salud del Paciente 9” aparece en Google a partir de la búsqueda ¿Estoy deprimido?, sea en teléfonos móviles u ordenadores. Sin embargo, algunos expertos consideran que semejante aplicación podría derivar en diagnósticos errados, mal uso e interpretación de la información, auto-medicación y auto-diagnósticos equivocados. En Estados Unidos, uno de los países con mayores niveles de abuso de opioides (psicofármacos), esto es una muy mala noticia.
Quien se beneficia.
Por otra parte, han aparecido denuncias de que el cuestionario fue financiado por la compañía farmacéutica Pfizer, que se beneficia de la venta de estas drogas. ¿Es posible que el cuestionario se trate de una maniobra publicitaria encubierta? Según algunos expertos en psicología y diagnóstico de depresión y otros trastornos psicológicos, sí.
Tanto Google como NAMI se han encargado de advertir que los resultados del cuestionario no son un diagnóstico oficial, pero muchos usuarios podrían no entender esto del todo. Las preguntas están orientadas a conocer con cuanta frecuencia el usuario se siente con ánimo bajo, hábitos de sueño, de alimentación y si han tenido recientemente pensamientos suicidas.
El resultado del cuestionario es una cifra numérica que orienta al usuario sobre la necesidad, o no, de buscar ayuda profesional. El psicológico Simon Gilbody, de la Universidad de York, advirtió que varias de las respuestas podrían indicar perturbaciones psicológicas pasajeras, de aquellas que pueden transitarse sin tratamiento médico. Por eso mismo, el cuestionario podría arrojar falsos positivos,.
La herramienta desarrollada por Google podría identificar erróneamente algunas respuestas y trastornos como depresión, derivando en tratamientos ineficaces. Las sospechas de que hay empresas e intereses farmacéuticos detrás de la aplicación hacen aún más peligrosa la propuesta por parte de Google. Resta ver qué medidas se toman para adecuar o discontinuar el trabajo de dicha aplicación. Mientras tanto, cualquier usuario que le pregunte al buscador Google por su estado de ánimo, puede responder el cuestionario y esperar a ver los resultados que arroja la propuesta. Eso sí, consulten a un médico ante cualquier duda porque una app conectada a la web no tiene los mismos conocimientos que alguien que estudió para identificar estos trastornos.