A muchas grandes empresas les parece que el futuro se ha tomado cada espacio de nuestras vidas: el hogar, las escuelas, el trabajo, y ahora también las carreteras. Y es que con Matreshka, vemos una de las posibles formas que tomará el transporte en unos cuantos años, pues ya no estamos hablando de décadas, ni de centenares: el futuro está a la vuelta de la esquina y nos corresponde saber de él, observarlo, y por qué no, utilizarlo.
El futuro cambia, y lo inamóvible pierde importancia
Uno de los grandes pilares en los que se basa la era tecnológica que estamos viviendo, es que el estado de las cosas no debe permanecer inalterable como nos lo hicieron creer en la época medieval, y que por el contrario debe mostrarse versátil, cambiante y adaptable a las nuevas necesidades del hombre moderno. Y fue precisamente así como pensaron nuestros compañeros de Bakulin Motors Group y Volgabus Corporation, al idear y crear a Matreshka.
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Basado en un concepto inteligente, este auto goza de prestigio mientras es puesto a prueba. Es modular y está completamente diseñado por motivos comerciales, al contar con una amplia gama de modificaciones y una flota de hasta 12 autobuses. Resulta bastante interesante saber que puede llevar cierto número de pasajeros, e inmediatamente cambiar su estructura para montar y transportar carga con completa facilidad. Además posee una construcción rectangular que evoca los coches inteligentes de Mercedes, lo que es muy satisfactorio.
El espacio que ocupa es tan reducido, que podría ser una solución útil y elegante a los problemas de movilidad de las grandes ciudades del mundo. Así mismo sería una competencia para servicios en plataformas como Uber y en este caso dirigido a empresas que desean hacer parte del cambio, y disminuir el uso del auto común mediante el transporte de sus empleados.
Observando a Matreshka, no podemos ocultar nuestro interés por saber qué más se puede hacer con los contornos, a fin de que se diferencien unos de otros y no todos tengan la sensación circular que ya ha adoptado Tesla. No obstante, hay que abonar el trabajo ya realizado y el querer innovar pensando en el cambio.