No podemos ocultar que Apple es una de las 3 empresas más valiosas del mundo, pero tampoco podemos decir que sus teléfonos sean los más brillantes en la industria. Seamos sinceros: sus fallas son constantes, sus actualizaciones no solucionan los problemas más comunes, su diseño es muy semejante a los de su competencia y en los últimos años no hemos visto mejoras importantes.
Pero aún así, sigue siendo el rey de las ventas a nivel mundial… ¿Por qué?, ¿Qué es lo que hace tan interesante a Apple que miles de personas hacen filas detrás de las puertas de entrada de sus tiendas?… Rmour y nuestros colegas de Creatio Design tratan de aclararnos el panorama.
Una empresa de moda
Si observamos bien a Apple, nos damos cuenta de que muchos otros teléfonos pueden superar sus tradicionales iPhone en funcionalidades, utilidad y hasta en lo intuitivos y resistentes que resultan. No obstante, la empresa de la manzana mordida ha logrado alzarse con una cualidad en la que pocos piensan: el diseño estricto y planeado de cada modelo que llevan al mercado. Y Rmour no es más que la forma de resaltar ese diseño mientras cuida del teléfono con un estuche que pasa y no pasa desapercibido y en el que la elegancia es la protagonista.
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Posee un tamaño mínimo apenas justo para no robarle importancia al teléfono y al mismo tiempo para enseñar la incursión del esmalte de oro blanco de 18 kilates y la plata 925 en las esquinas del estuche, mientras que el diseño obsequia una sensación parecida a la brindada por los anillos de diamantes. Las partes removibles de Rmour, se acomodan con extrema facilidad en las esquinas del teléfono, con lo que habrá protección en todas las direcciones ante una posible caída.
Actualmente se han creado preciosos estilos para teléfonos iPhone 8, iPhone 8 Plus y por supuesto el espectacular iPhone X.
Sin temor a equivocarnos, Rmour ha sabido que los teléfonos de Apple, antes que ser modelos inteligentes, son conceptos de moda que la gente desea por lo que representan, lo que cuestan y la elegancia y prestigio que se obtiene de los mismos, sin dejar de lado, la utilidad que es, al fin de cuentas, lo que importa.