Muchos hemos visto a nuestras abuelas o madres, hablando acerca de la forma en la que las plantas crecen y se embellecen a causa de trucos «especiales»: regarlas en luna llena, platicarles un rato en la mañana y hasta cantarles. Pues bien, GreenNote hace también un poco de magia y al mismo tiempo nos obliga a darle la razón a ellas: las plantas son diferentes y nos brindan más de lo que podríamos imaginar. En esta ocasión, ellas mismas crean música para nosotros.
La transmisión de lo impensable
Si nos detenemos un momento a pensar en lo que hemos logrado como humanidad, podemos saber que hemos llegado muy lejos, y no me refiero a las guerras o a los conflictos políticos, sino al avance de lo cotidiano y a la transformación de nuestra realidad: coches sin conductor, aviones supersónicos, trenes rápidos, naves espaciales… tenemos absolutamente todo lo que pensamos… incluso plantas que crean pequeñas vibraciones y se vuelven música… ¿no lo crees?
Te puede interesar: ThinQ, la nueva tableta de LG que va más allá del sonido
El principio de GreenNote es enseñar aspectos interesantes sobre el modo en que las cosas pequeñas resultan tremendamente atractivas: se trata de un parlante que se conecta a las plantas, convirtiendo el microvoltaje que generan en audio. Si te preguntas sobre su funcionamiento, este se logra gracias a dos bio-sensores sujetos a las hojas de las plantas que transmite la energía generada y la trasladan hasta un modelo digital que la modula y la regula.
Y es que para hacer parte de este proceso inimaginable, puedes tocar con suavidad la planta y esperar un efecto interesante al alterar cada nivel y lograr diferentes tipos de sonidos. Al mismo tiempo, la parte superior alberga un altavoz inalámbrico que se puede separar y dejar en cualquier lugar de la casa, mientras que el cubo inferior es el encargado de transformar la corriente eléctrica en un relajante ambiente natural.
Al ver esto nos queda la duda de que si algún día vamos a poder tocar las notas con nuestras manos y y subirlas y disminuirlas y crear música con nuestro cuerpo. En mi opinión, no estamos muy lejos de ello y sería bastante interesante poder lograrlo… y sentirlo.
Trackbacks/Pingbacks